Después de
la transfusión me sentí un poco mejor aunque no me encontraba del todo
bien.
Además, la
sangre caía muy despacio ya que la vía que tenía estaba en los últimos días de
su vida.
Vaya, parece
que la sangre ha decidido ir más despacio porque no quiere tener ningún
accidente.
Al día
siguiente, (creo, tampoco me acuerdo de cuando fue exactamente lo que os voy a
contar, ya que en el hospital todos los días son iguales) estábamos esperando
mi madre, una tercera persona y yo, ya que mi padre estaba trabajando en casa,
a que me pusieran una vía central para no tener que pincharme cada día.
Por cierto ¿os acordáis de los de radiología
intervencionista, el equipo que me iba a operar esta vez y que casi nadie debía
conocer? Pues ellos son los que me van a poner la vía central.
Mientras tanto
veo una serie de Star Wars.
Cuando
aparecieron. . .
Radióloga:
La tablet y la silla fuera, que Miguel
deje de ver la serie mientras le pincho.
Y la madre que se vaya, que se le
ve en la cara que nos va a controlar.
Total, que
mi madre me tuvo que dejar solo con la tercera persona que le ayuda pero que
también me conoce a mí.
Eso se
parece a la penúltima operación, que mi madre se fue, pero por voluntad
propia.
Parece que
la historia se repite.
Y en cuanto
a la serie menos mal que no es real, imaginad que estoy luchando contra un sith
(contra un villano para los que no hayáis visto Star Wars).
Radióloga:
Dejad de pelear, que tengo que pinchar a Miguel.
Yo: Pero,
pero, es que no puedo dejar escapar a este sith.
Radióloga:
Da igual, yo estoy haciendo mi
trabajo. Y ahora mismo mi trabajo es
pincharte.
Total, que
el sith se escapa.
Pero
volvamos a la realidad.
De repente,
una habitación normal se había convertido en una súper estéril.
Cuando
estaban a punto de pincharme aparece mi padre aunque se tuvo que quedar en la
puerta con mi madre.
Cuando me
pincharon las radiólogas se fueron y mis padres pudieron entrar.
Genial, ya
no me tendrán que pinchar más ¿verdad? ¿¡Verdad!?
Al día
siguiente, a las siete de la mañana, cuando me tienen que hacer analíticas, aparece
una enfermera con una aguja para pincharme.
Papá: Tiene
una vía central.
Enfermera:
Gracias por decírmelo, no la había visto.
Total, que
casi me pincha.
Más tarde estábamos
esperando mis padres y yo a que me hagan una ecografía para ver si tenía una
hemorragia interna y ver si ese es el motivo por el que me falta sangre.
Mientras
tanto me está pasando otra transfusión de sangre ya que en la analítica de la
mañana han visto que todavía me faltaba sangre (por eso me tienen que hacer una
ecografía)
Después de
un rato mi padre se tuvo que ir porque tenía que trabajar.
Luego, por
fin apareció un celador para llevarme a la ecografía.
Y adivinad
que estaba haciendo yo... exacto,
viendo la serie de Star Wars.
Vaya, parece
que está de moda interrumpir series de Star Wars.
¿Os acordáis
de que antes tuve que dejar escapar a un sith? Ahora vais a ver la continuación
de la historia.
Yo: Por fin
te he encontrado, ahora te voy a capturar si o si.
Celador:
Hola, voy a llevarte a la ecografía.
Yo: Pero,
pero, no puedo dejar escapar a este sith por segunda vez.
Celador: Da
igual, vamos, que no hay tiempo que perder.
O sea, que
el sith se escapa de nuevo.
Mientras
tanto, en la realidad. . .
El celador
me llevo a la ecografía con mi madre, y por si fuera poco con el gotero de la
sangre.
En resumen,
todo un espectáculo.
Después de
la ecografía el celador de repente corrió tanto que a mi madre le costaba
seguir el ritmo.
Celador: ¡A
ver quién es el más rápido!
Yo: ¿Qué
pasa, nos persigue el sith que tuve que dejar escapar dos veces? Por eso hay
que capturarlos.
Por suerte
no nos alcanzó.
Ahora en
serio, mi madre acabó agotada.
Y a partir
de ese momento ya me sentí que era yo mismo gracias a la segunda transfusión de
sangre, y no me dolía casi la barriga.
Al día
siguiente solo decir que nos dieron la buena noticia de que en la ecografía no
detectaron nada.
O sea que no
había ninguna hemorragia interna.
Una semana
después. . .
Doctor: Como
Miguel está bien, si en la analítica que le van a hacer no sale nada raro, os
podéis ir a casa, no vaya a ser que pase como la última vez.
Por suerte
la analítica salió bien y en cuanto me quitaron las vías, que tenía dos, nos
fuimos del hospital cagando leches.
Papá: Nos tenemos que ir a casa ya.
Pero, pero ¿por qué nadie me deja capturar al sith?
Total, que nunca lo capturé.
Cuatro días
después tuvimos. que volver para que el doctor me viera como estaba.
Papá: ¿Se
puede bañar en la piscina?
Doctor:
¿Pero qué preguntas? Al agua patos pero ya.
Da igual que lo hayan operado hace dos semanas y que tenga una herida
importante. Al agua sin pensarlo.
Actualmente
estoy en una casa de veraneo y de momento parece que la peg va bien, de hecho
he disfrutado de algún que otro baño.
No ha dado
ningún problema.
De momento
damos por solucionado todo ese tema.
Esperemos
que no tenga que volver a escribir sobre lo mismo.
¿Continuará
o no? Solo el tiempo lo dirá.
Ojalá que no tengas que escribir por lo mismo... Pero si deseo seguir leyéndote. Me apasiona como escribís Miguelito!! Besos y abrazos desde Argentina!! 😘😘
ResponderEliminarImagino a la pobre de tu madre persiguiendote a ti y al celador por los pasillos, al menos le serviría para escapar del sith.
ResponderEliminarAhora en serio, me alegra leer buenas noticias; disfruta del veraneo, os lo merecéis.
Eres un campeón....disfruto mucho de tus relatos aunque preferiría que fueran diferentes !!!!disfruta tú y tú familia de las vacaciones
ResponderEliminar