Tercera parte ¿Capítulo final?

 

Después de la transfusión me sentí un poco mejor aunque no me encontraba del todo bien. 

Además, la sangre caía muy despacio ya que la vía que tenía estaba en los últimos días de su vida. 

Vaya, parece que la sangre ha decidido ir más despacio porque no quiere tener ningún accidente. 

Al día siguiente, (creo, tampoco me acuerdo de cuando fue exactamente lo que os voy a contar, ya que en el hospital todos los días son iguales) estábamos esperando mi madre, una tercera persona y yo, ya que mi padre estaba trabajando en casa, a que me pusieran una vía central para no tener que pincharme cada día.

 Por cierto ¿os acordáis de los de radiología intervencionista, el equipo que me iba a operar esta vez y que casi nadie debía conocer? Pues ellos son los que me van a poner la vía central. 

Mientras tanto veo una serie de Star Wars. 

Cuando aparecieron. . . 

Radióloga: La tablet y la silla fuera,  que Miguel deje de ver la serie mientras le pincho.   Y la madre que se vaya, que se le ve en la cara que nos va a controlar.   

Total, que mi madre me tuvo que dejar solo con la tercera persona que le ayuda pero que también me conoce a mí.

Eso se parece a la penúltima operación, que mi madre se fue, pero por voluntad propia. 

Parece que la historia se repite. 

Y en cuanto a la serie menos mal que no es real, imaginad que estoy luchando contra un sith (contra un villano para los que no hayáis visto Star Wars).

Radióloga: Dejad de pelear, que tengo que pinchar a Miguel. 

Yo: Pero, pero, es que no puedo dejar escapar a este sith. 

Radióloga: Da igual,  yo estoy haciendo mi trabajo.  Y ahora mismo mi trabajo es pincharte. 

Total, que el sith se escapa. 

Pero volvamos a la realidad. 

De repente, una habitación normal se había convertido en una súper estéril. 

Cuando estaban a punto de pincharme aparece mi padre aunque se tuvo que quedar en la puerta con mi madre. 

Cuando me pincharon las radiólogas se fueron y mis padres pudieron entrar. 

Genial, ya no me tendrán que pinchar más ¿verdad? ¿¡Verdad!?

Al día siguiente, a las siete de la mañana, cuando me tienen que hacer analíticas, aparece una enfermera con una aguja para pincharme. 

Papá: Tiene una vía central. 

Enfermera: Gracias por decírmelo, no la había visto. 

Total, que casi me pincha. 

Más tarde estábamos esperando mis padres y yo a que me hagan una ecografía para ver si tenía una hemorragia interna y ver si ese es el motivo por el que me falta sangre. 

Mientras tanto me está pasando otra transfusión de sangre ya que en la analítica de la mañana han visto que todavía me faltaba sangre (por eso me tienen que hacer una ecografía)

Después de un rato mi padre se tuvo que ir porque tenía que trabajar. 

Luego, por fin apareció un celador para llevarme a la ecografía.  

Y adivinad que estaba haciendo yo...    exacto, viendo la serie de Star Wars. 

Vaya, parece que está de moda interrumpir series de Star Wars. 

¿Os acordáis de que antes tuve que dejar escapar a un sith? Ahora vais a ver la continuación de la historia.  

Yo: Por fin te he encontrado, ahora te voy a capturar si o si. 

Celador: Hola, voy a llevarte a la ecografía. 

Yo: Pero, pero, no puedo dejar escapar a este sith por segunda vez. 

Celador: Da igual, vamos, que no hay tiempo que perder. 

O sea, que el sith se escapa de nuevo. 

Mientras tanto, en la realidad. . . 

El celador me llevo a la ecografía con mi madre, y por si fuera poco con el gotero de la sangre. 

En resumen, todo un espectáculo. 

Después de la ecografía el celador de repente corrió tanto que a mi madre le costaba seguir el ritmo. 

Celador: ¡A ver quién es el más rápido! 

Yo: ¿Qué pasa, nos persigue el sith que tuve que dejar escapar dos veces? Por eso hay que capturarlos. 

Por suerte no nos alcanzó.

Ahora en serio, mi madre acabó agotada. 

Y a partir de ese momento ya me sentí que era yo mismo gracias a la segunda transfusión de sangre, y no me dolía casi la barriga. 

Al día siguiente solo decir que nos dieron la buena noticia de que en la ecografía no detectaron nada. 

O sea que no había ninguna hemorragia interna. 

Una semana después. . . 

Doctor: Como Miguel está bien, si en la analítica que le van a hacer no sale nada raro, os podéis ir a casa, no vaya a ser que pase como la última vez. 

Por suerte la analítica salió bien y en cuanto me quitaron las vías, que tenía dos, nos fuimos del hospital cagando leches. 

En cuanto al sith, al final intenté capturarlo rápido antes de irme a casa, cuando de repente. . .  

Papá: Nos tenemos que ir a casa ya.  

Pero, pero ¿por qué nadie me deja capturar al sith? 

Total, que nunca lo capturé.  

Cuatro días después tuvimos. que volver para que el doctor me viera como estaba. 

Papá: ¿Se puede bañar en la piscina?

Doctor: ¿Pero qué preguntas? Al agua patos pero ya.  Da igual que lo hayan operado hace dos semanas y que tenga una herida importante.  Al agua sin pensarlo. 

Actualmente estoy en una casa de veraneo y de momento parece que la peg va bien, de hecho he disfrutado de algún que otro baño. 

No ha dado ningún problema. 

De momento damos por solucionado todo ese tema. 

Esperemos que no tenga que volver a escribir sobre lo mismo. 

¿Continuará o no? Solo el tiempo lo dirá.    




Comentarios

  1. Ojalá que no tengas que escribir por lo mismo... Pero si deseo seguir leyéndote. Me apasiona como escribís Miguelito!! Besos y abrazos desde Argentina!! 😘😘

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  2. Imagino a la pobre de tu madre persiguiendote a ti y al celador por los pasillos, al menos le serviría para escapar del sith.
    Ahora en serio, me alegra leer buenas noticias; disfruta del veraneo, os lo merecéis.

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  3. Eres un campeón....disfruto mucho de tus relatos aunque preferiría que fueran diferentes !!!!disfruta tú y tú familia de las vacaciones

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